Las insignificantes cosas que valen la pena

#BuenDiaCorredoresMañaneros

Hace casi tres lustros platicaba con amigos venezolanos por chat, en realidad talk de Unix en máquina a máquina, conversábamos mucho de diversas situaciones, una de ellas era la situación en su país y que veían hacia delante, en ese momento de la historia Hugo Chávez entraba al gobierno ya con poco mas de un año en el poder, iniciaban las protestas en las calles, quizás el único país donde hasta ese momento las protestas eran de la gente que tenía mas dinero en contra de una política pública que no les hacía sentido.

No cuestiono, ni pretendo criticar a mis amigos venezolanos, pero, hoy día ir a Venezuela es un cambio radical de lo que conocí; racionamiento en temas básicos en un país de América (exceptuando Cuba, pero eso ya esta cambiando ahí) como papel de baño, pañales, efectos de higiene personal para mujeres, leche, harinas, huevos, carne y demás enseres, eso si gasolina casi regalada…
Más allá de eso, pese a que es un país de no mas de 26 millones de venezolanos hoy día (quizás 4 millones expatriados, de alto nivel educativo la mayoría de ellos), que nadan literalmente en petróleo, la pobreza y diferencia social esta creciendo, pero que comenzó en esos días con una marcada diferenciación social, se generó un aversión entre clases sociales, que hoy día hace complicado visitar a esa tierra linda y generosa sin tener un riesgo alto en la seguridad personal para un turista.

En esos momentos en Venezuela, las marchas y protestas a cacerolas y demás, eran hechas por mujeres, niños y estudiantes principalmente, los esposos u “hombres”, acojonados en sus casas sin decir nada, estas palabras anteriores las tomo literal de mis amigos y esposas de esas épocas, hoy día casi todos ellos avecindados en México, Panamá, Colombia y Florida. Hoy día ir a las Mercedes en Caracas (imaginen un Polanco de México) es como meterte a las Merced de México de noche en pleno viernes de quincena por la noche, vestido de traje.

Al vuelo del tiempo dejo ahí esto punto, porque me acabo de verme en el espejo llamado México; si tienes mas de 35 años quizás recuerdes salir cuando niño o joven a la calle a jugar, andar en bicicleta, o caminar sin mayor problema o miedo en el D.F., regresabas a tu casa cuando te chiflaban o la luz natural se escondía, si estabas en casa de un amigo quizás ahí comías sin mayor problema por saber en tu casa donde estabas.

Andabas en la bici sin casco, con patines de metal sobrepuestos en los zapatos, romperte un diente o sacarte un chichón por jugar en los juegos mecánicos de metal en los parques eran parte del juego y ni quien se preocupara o quisiera demandar o golpear a nadie: “era cosa de niños”.

Tomar el refresco(Lulú, Pato Pascual, Chaparrita El Naranjo, Jarrito, Barrilito, Manzanita Sol, Balseca, Sidral Mundet, Delaware Punch, Fanta, Titán, Orange Crush, Squirt, Mundet rojo, entre varios mas o en provincia el Caballito, Premio, Zubba, Pop, Yoli ) en su botella de vidrio, sentado en la tienda y compartirlo con tus amigos, era lo normal, o ir a la llave de agua que antes había varias en las calles y tomar directo de ahí incluso pegando la boca, no era peligroso para la salud.

Subirte en la pickup, sentado atrás con los chavos era la onda, nada peligroso, no te paraba la poli; los parque públicos tenían pasto, a diferencia de los terrosos de hoy día.

Que pasara el camión de helados con su música  avisando, un señor vendiendo dulce de leche tocando una melodía con una hoja de naranjo, señoras vendiendo pepitas asadas con sal, era bastante común y tradicional, aventuraríame a decir, !Necesario¡, en un barrio o colonia.

Los que nos llevaron a hacer la Primera Comunión, los domingos eran eternos, porque no podías desayunar hasta hacer la comunión en la misa de doce, ya después eran atracones con lo que hubiera de comida en la casa.

Entre los amigos, no había tanto niño obeso, algunos lo eran, pero de un grupo de 20 era uno o dos; escribías en el chismógrafo (olvídate del face o del whatsapp o del telegram), los colores Berol Prismacolor (la caja de 36 en su estuche aterciopelado era un placer tenerlos, pero mas conservarlos… o ya si eras muy suertudo y tus papas iban a Europa tenias una de Faber Castell, independientemente del típico juego de Prismacolor de 24 colores a dos puntas y colores en su caja transparente) eso y hojas de papel era lo necesario para jugar e ilustrar tú imaginación.

Libro de texto

El transporte público era no tan malo, ejemplo el Delfín o Ballena, en el sistema de transporte colectivo metro no se comía en los vagones, tus padres te pedian tomarte el helado, papas o demas antes de subirte;  hoy día no hacen sopes, quesadillas, pancita y venden birria, porque los bocineros no permitirían tomar la orden fácilmente del comensal.

Los profesores amaban su labor, eran  apoyados por diversos sectores, además de contar con mejores ingresos, se preocupaban por sus alumnos y no regalaban calificaciones, el alumno debería demostrar su capacidad, si no era apto no aprobaba; hoy día con ir mas del 50% de clases, el niño, joven o incluso el de licenciatura y maestría aprueba , y si no,  va a llorar con la coordinación o quien sea responsable y lo pasa, ¿Dónde quedó ese valor básico de co-responsabilidad? ¿Dónde están los valores e importancia  de enseñar a pensar?

Jóvenes (ex)alumnos o menores de 25 años, pregunten a sus padres de esto que escribo, mi mayor deseo sería que a ese profesor trasatlántico que acabo de mencionar le hiciera el cálculo estructural de su casa el alumno ingeniero al que no le enseño, o que lo trate el médico que lo pasó sin aprobar, o que lo defienda el abogado corrupto que solo sabe coyotear pero no ejercer, que le pida cumplir su palabra al alumno que no le enseño ética.

La auto apología de administraciones mediocres, pero mas la complacencia y comparsa de los involucrados es lamentable (quizás ya me metí un autogol).

No quiero ver las cosas igual que hace 30 años, ni pretendo decir que tiempos anteriores eran mejores, sin embargo, ¿En búsqueda de qué? ¡hemos dejado de lado lo bueno que ya teníamos!

Desde el momento que el chofer del político que no aporta valor gana más que un buen y real profesor de primaria, ya no se diga de secundaria, prepa o universidad pública; donde el que dirige una organización pública (escuela, organización gobierno) no tiene ni la preparación, apego y ética correspondiente; donde un buen policía, un maestro, un bomber@, enfermer@ y un médico dan la vida en turnos de 24 x12 sin infraestructura y equipamiento , percibiendo menos que un “viene-viene” y 15 veces menos que un diputado, 20 menos que un senador y ahí me detengo, ¿Cómo podemos exigir buena educación, servicios o seguridad?

En el D.F. la situación de seguridad no es sencilla, muchas de las cosas comunes como caminar, tomar agua limpia en la calle, usar el metro y que no huela a orines o este lleno de ambulantes y bocineros, estar en un parque público que esté sin prostitutas o prostitutos y condones regados, tener las farolas funcionando, dejar el auto en la calle sin temor a que te roben algo, es cada vez menos fácil de encontrar, y ¿Quienes son las únicas que reclaman? : las mujeres y los estudiantes y pocos muy pocos “hombres”.

Cada vez en México la brecha social es mas amplia, la discriminación crece y la capa de cohesión social es mas fina que antes, casi una sociedad de castas , donde el paria y el brahaman (pero sin educación, moral y ética) es mas común.

Ojalá  siempre nos correspondiera biunívocamente en calidad un médico, profesor, policía, servidor público ó servicio igual a la cantidad de trabajo, impuestos y dedicación en tú labor que le des a tú país.

¡Porque para exigir, primero hay que haber dado y realizado! Pedir cualquiera, servir … pocos.

¿Será que no apreciamos la vida, hasta que sentimos que la perdemos?

¿Cuántos kilómetros corriste hoy?

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3 comentarios

  1. Me retornaste a años que se ven con nostalgia. ¿Que te digo? primero eras niño rico con los caja de colores que tenias, ¡que bueno que la cuidaste!1 yo me pude comprar la mía ya en la carrera y desgraciadamente me la robaron.
    Ya hablando de lo profundo de tu reflexión, si comparo a mis maestras de primaria con las que tuvieron mis hijos, encontramos un abismo y eso que yo no tuve educación privada. Ya en la secundaria no todos mis profesores eran excelentes creo se regularizo la cosa en la prepa pero en la universidad tenía que procurar la calidad de de mis maestros pues había casos muy lamentables.
    La verdad no sé cómo se encuentre Venezuela realmente, pero con la desgracia de Presidente que tuvieron y tienen no creo que bien. El problema es que nosotros no cantamos mal las rancheras y yo a veces querido bajarme en la siguiente esquina. Las condiciones cada vez son menos favorables para subir tu condición y por ende calidad de vida. Y son difíciles no por nuestra falta de capacidad simplemente porque las oportunidades se disminuyen o solo van enfocadas a los compadrazgos y corruptelas. Créeme que muchas veces veo mi país con tristeza y sin ser faltista con muy pocas formas para ser mejor.
    Lo veo desde mi vecino, amigo, compañero etc. Con esa mentalidad limitad y con la estúpida ideología que parece se trae en el ADN, donde buscas el camino de tranza para no aportar tu mayor esfuerzo. Y lo ves desde los actos más simples.

    • Esa caja fue un regalo de mi escuela cuando salí de sexto, junto con un libro de Emilio Salgari: El León de Damasco, por eso los atesoro.

  2. Excelente la sutileza con que cambia de emoción a emoción en sus entradas, sin perder el centro de su tema.
    A la mitad, sonó en mi cabeza Chava Flores diciendo:
    “esas cosas hermosas
    por que asi yo las vi…”

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